Después de que mis dos cachos de carne con ojos favoritos, se ducharan , abandonamos el hotel dispuestos a comer algo. Al final, terminamos entrando a un Burger King. Yo me pedí mis típicas ocho tenders de pollo con patas, y una Coca Cola y ellos un menú de esos de hamburguesas.
La comida transcurrió con normalidad, acompañada de risas, bromas, nervios ; por lo menos por mi parte y alguna que otra mini-discusión entre Bryan y yo, ya que con Vidal no tenía problemas. No es que tuviera problemas con Bryan, pero a veces {muchas veces}, conseguía sacarme de mi casillas y alterarme. Suerte tenía de que le apreciara demasiado.
-Pues…yo me he quedado bien…es más , estoy hinchada como una bota de vino- murmuré mientras me acomodaba en uno de esos horribles y falsos sillones, que hay pegados a la pared y crees que son mulliditos y luego son de plástico duro.
-Yo tampoco me quedé atrás- dijo Vidal, que se había trago dos menús, y era de esas típicas personas que no engordaban.
-Ni yo….- contestó Brya, al mismo tiempo que peinaba su amado pelo oscuro.
-En fin…¿qué hacemos ahora?- pregunté mirando a ambos; evidentemente mirando a uno primero y a otro después.
-Ahora es pronto, así que vamos a dormir la siesta… que yo al menos, lo necesito – sugirió Vidal.
-Me parece buena idea…luego llamaremos a Clara, para ir a recoger los uniformes del hotel – esa voz fue la de Bryan.
-Deacuerdo…pues echemos camino hacia el hotel – susurré levantándome y colocándome el bolso.
Y eso hicimos. Tras una caminata, que se me antojó un rato larga, acabamos llegando al hotel y sin perdernos!. Pedimos la llave, nada más llegar y luego subimos. Mientras andábamos por el pasillo me fijé en que las paredes estaban adornadas con cuadros de paisajes. Unos más verdes, otros más azules y algunos un tanto marrones. También observé que las paredes eran de un tono rojizo apagados y de que había montones y montones de interruptores en todos los rincones vacios existentes.
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